Daniel Rodríguez Claveli, A ver qué traes entre piernas y diré quién eres

A lo largo del complejo devenir de nuestra sociedad occidental, el cuerpo ha sido y es hoy en día el espacio a través del cual se (re)construye, se (re)produce y se evidencian los diversos ejercicios de poder llevados a cabo de manera directa o indirecta por las instituciones sociales. En el caso del sexo, la sexualidad y el género, el cuerpo encarna e incorpora las dicotomías macho-hembra, hombre-mujer y masculino-femenino según las normas culturales, y en el caso de la institución médica, se suman las normas científico-occidentales. Dentro del campo de la medicina existen medidas corporales para ser machos o para ser hembras-las únicas dos opciones que nos ofrecen- descartando, marginando y categorizando todos aquellos cuerpos que no dan la talla, como ambiguos.

 

Es evidente la gran diversidad corporal que existe dentro de nuestra sociedad occidental, pero no todas estas variantes son aceptadas por la medicina como parte de dicha diversidad, sino como una anomalía, lo cual ha llevado a algún*s especialistas a construir categorías para clasificar dichos cuerpos, siendo una de estas la de cuerpo ambiguo; esta última categoría es y ha sido construida, principalmente, desde aquellas instituciones sociales encargadas de establecer las formas, las maneras y los límites dentro de los cuales los cuerpos deben expresarse, en el caso particular de esta investigación nos interesa la institución médica, es decir, la medicina como saber occidental, avalada social y culturalmente como único campo de saber capaz de estudiar, analizar, conocer, diagnosticar y tratar los estados del cuerpo humano.

 

Analizamos el discurso médico proveniente de algunas fuentes primarias, textual y oral, para cumplir con el objetivo principal de esta investigación: evidenciar a través del discurso médico que el sexo, algo que siempre se ha ligado a la naturaleza del ser humano, también es parte de un complejo proceso de construcción cultural y social.

 

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